A través del marketing
tradicional se ha establecido que la rentabilidad se puede lograr mediante una
adecuada relación entre un producto y su mercado. Sin embargo, el mercado ha
demostrado que esta relación uno a uno era sólo un espejismo y que para actuar
exitosamente en un ambiente tan competitivo como el de hoy hace falta analizar
la relación producto-mercado tomando en cuenta que el mercado total es por lo
menos tres mercados y que el producto es, igualmente, tres productos. En este
artículo nos ocuparemos de ver las tres dimensiones del mercado total, a saber:
Mercado de precio
Este mercado está formado por aquellos individuos que privilegian la relación entre el valor monetario del producto (precio) y su rendimiento, y su inclinación se orienta hacia las ofertas más baratas con un mínimo de prestaciones.
En este tipo de mercado se encuentran las bebidas en damajuanas, los cereales sin marca, los productos de segundas marcas (Ej.: pasta de hígado ‘Torito’), etc.
Mercado de imagen
Este mercado está integrado por aquellos compradores que privilegian la promesa simbólica del producto, más allá de sus características y prestaciones, la promesa de satisfacción de necesidades y deseos subjetivos; es así que estos productos se compran por el nombre de la marca.
Productos típicos de este mercado serían Adidas, Polo, iPad, etc.
Mercado técnico
En este mercado, aquellos que lo conforman privilegian las características funcionales del producto. En este caso hablamos de servicios profesionales, compra de materias primas y todo bien o servicio de elevadas especificaciones técnicas destinado a uso industrial o de negocios.
Como ejemplos de este tipo de mercados podemos citar los servicios de consultoría, iMac, etc.